Un hábito, es aquella costumbre o práctica adquirida por la repetición frecuente de un mismo acto, que en un principio se hace de forma consciente y luego de modo inconsciente. Es decir, son acciones involuntarias, repetitivas y permanentes en el tiempo, pero que pueden ser suprimidas por mecanismos de reeducación.
Los hábitos orales, son aquellos que son realizados dentro de la cavidad oral y que, cuando su permanencia es prolongada, podría afectar el normal desarrollo de las estructuras orofaciales. Este desarrollo cráneo facial inadecuado, está en relación a la frecuencia, intensidad y duración del hábito oral; así como también en relación a la dirección en la que dicho acto repetitivo es realizado, propiciando así, la presencia de maloclusiones.
Al hablar de malos hábitos orales, se debe mencionar la succión digital, uso de chupón, uso de biberón, interposición lingual, interposición del labio inferior, onicofagia y respiración oral; ya que todos ellos, interfieren con el normal crecimiento craneofacial, así como en el desequilibrio de la musculatura orofacial.
Las investigaciones refieren que los hábitos parafuncionales o malos hábitos orales generan, no solo maloclusiones y un inadecuado crecimiento óseo, sino también, repercuten directamente en la producción de los sonidos del habla.
Diversos investigadores indican que la succión no nutritiva (conformada por actos de succión que no tienen por finalidad la alimentación del niño) como la succión digital, la succión del chupón o la succión de la lengua, son hábitos orales nocivos que podrían interferir negativamente en el crecimiento cráneo facial. La fuerza ejercida durante estos actos, puede generar problemas musculares, originando un desequilibrio en los mismos, influyendo así en el adecuado y armónico crecimiento cráneo facial. Es decir, pueden distorsionar la forma de los arcos dentarios e imprimir en la maxila una morfología alterada que perjudique las funciones del sistema estomatognático.
Cabe mencionar que es normal que algunos hábitos orales de succión no nutritiva, estén presentes durante el primer año de vida, ya que ellos sirven para satisfacer las necesidades de succión del bebé. Sin embargo, la permanencia de estos hábitos orales más allá de los dos años, pueden provocar maloclusiones. Es por ello primordial el retiro temprano de todo hábito oral.
La presencia de un hábito oral prolongado propicia un inadecuado posicionamiento de la lengua dentro de la cavidad oral, es decir, la lengua se ubica en la parte baja de la boca perjudicando así su estabilidad muscular; así mismo, podría generar la presencia de mordida abierta, proyección de la maxila hacia adelante y empuje de la mandíbula hacia atrás, así como paladar duro alto y estrecho.
Por todo ello, es muy importante favorecer el retiro temprano de todos estos hábitos orales, con el fin de estimular y propiciar un desarrollo armónico de las estructuras y músculos orofaciales; y a la vez garantizar un adecuado desarrollo de todas las funciones estomatognáticas, es decir que se presente una adecuada respiración nasal, una adecuada masticación y deglución de los alimentos y una adecuada producción de los sonidos del habla.