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Cómo motivar a los niños en el esfuerzo

Fecha: 14 NOVIEMBRE 2019

Educar en el valor del esfuerzo es más efectivo y fácil a través de la motivación. De hecho, no hay esfuerzo, si no hay motivo. Detrás de las actividades que hagamos siempre hay una motivación que actúa como el motor que nos va a permitir realizar el esfuerzo necesario para alcanzar las metas. Por ello, es importante que conozcamos, apliquemos y generemos las motivaciones que impulsan a nuestros hijos.

Autor: Camila Uranga, Psicóloga del Colegio Antares - CPAL

El esfuerzo se puede definir como la voluntad, la fuerza física o las ganas para lograr un fin que se persigue pese a las dificultades que se encuentren en el camino. Es aquello que nos ayuda a conseguir las metas que nos proponemos y a vencer y superar los obstáculos de la vida diaria.

Cuando inculcamos el valor del esfuerzo a nuestros hijos estamos transmitiéndoles otros valores muy importantes de la formación humana. Estos valores son la disciplina, la colaboración, la perseverancia, el control y la fortaleza.

Por ello, comunicar a nuestros hijos que deben de esforzarse y ser constantes por obtener sus deseos es algo que debe transmitirse desde que son pequeños.

Asimismo, debemos tener en cuenta que para que nuestros hijos se esfuercen por las cosas cotidianas hay que evitar la sobreprotección y reforzar la disciplina.

Por ello, se presentarán algunas claves para motivar a los niños en el esfuerzo:

Las metas y objetivos finales. Todos nos esforzamos en la realización de una tarea o actividad cuando entendemos sus propósitos y finalidades, cuando nos parece atractiva, cuando sentimos que responde a nuestras necesidades e intereses, cuando podemos participar activamente en su planificación y desarrollo, cuando nos vemos competentes para abordarla y cuando nos sentimos implicados y comprometidos en su desarrollo.

Las recompensas externas. Cuando los niños son pequeños las motivaciones vendrán dadas por las recompensas externas, la valoración social y la atracción de la actividad asociada al juego. Poco a poco, empezarán a desarrollar motivaciones relacionadas con la experiencia del orgullo que sigue del éxito conseguido y al placer que conlleva la realización de la tarea en sí misma.

La motivación intrínseca. Es aquella que permite hacer algo porque uno mismo está interesado directamente en hacerlo y no por otra razón.

Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, se plantearán cinco consejos para motivar a los niños en el valor del esfuerzo:

1.El ejemplo por parte de los adultos tiene una gran importancia, especialmente el de los padres.

2. Los niños necesitan motivos valiosos por lo que valga la pena esforzarse.

3. Hay que presentar el esfuerzo como algo positivo y necesario para conseguir la meta propuesta.

4. Se deben plantear metas a corto plazo, concretas, diarias, que podamos controlar fácilmente. Las tareas que se propongan a los hijos han de suponer esfuerzo, adaptado a las posibilidades de cada uno.

5. Las tares deben tener una dificultad graduada y progresiva, de menos a más según vayan creciendo. Conseguir metas difíciles por sí mismos, les hará sentirse útiles, contento y seguros.

En conclusión, educar en el esfuerzo es beneficioso y favorece el mantenimiento de la motivación para trabajar con ilusión y ganas. 

 

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