Existen diferentes situaciones que pueden ser factores de alto riesgo para que una persona desde el nacimiento (causas congénitas) o en las diferentes etapas de la vida adquiera una pérdida auditiva. El 60% de las causas son prevenibles, por lo que, si tú o tu hijo presenta alguna de ellas, deben de realizarse los estudios auditivos pertinentes.
DURANTE EL EMBARAZO
- Ingesta de antibióticos ototóxicos
- Consumo de sustancias tóxicos (drogas, alcohol)
- Preclamsia
- Infección urinaria recurrente
- TORCHS (toxoplasmosis, rubeóla, citomegalovirus, herpes simple, VIH y sífilis)
- Sarampión y varicela
AL MOMENTO DE NACER
- Bajo peso al nacer (inferior a 1.5 kl)
- Prematuridad y prematuridad extrema
- Hipoxia neonatal
- Hiperbilirubinemia
- Sepsis neonatal
- Ingreso a UCI
EN CUALQUIER MOMENTO DE LA VIDA
- Factores hereditarios
- Meningitis bacteriana
- Obstrucción del canal auditivo por cerumen u objetos extraños
- Otitis media recurrente
- Consumo de antibióticos ototóxicos
- Quimioterapia
- Exposición a ruidos fuertes, sobre todo en periodos prolongados
EN LA ADULTEZ
- Ruidos laborales
- Envejecimiento natural (presbiacusia)
Recordemos que, todo recién nacido, tenga o no factores de riesgo, debe pasar por un tamizaje auditivo neonatal para determinar su capacidad auditiva. A los bebes con antecedentes de riesgo, se les debe hacer un seguimiento estricto en cortos periodos de tiempo. A los bebes nacidos sanos, una vez al año y se deben controlar durante los primeros años de vida. No olvidemos que un porcentaje importante de niños sordos, nacen de padres oyente.
Finalmente, durante todas las etapas de la vida es importante cuidar nuestra salud auditiva. Sin embargo, a partir de los 50 años, toda persona, debe evaluar su audición, ya que empieza un deterioro natural del sistema auditivo, mas aun si estuvo expuesto a factores de riesgo.