La soledad deliberada puede ser enriquecedora para el ser humano, en tanto, es un reencontrarse con su mundo interior, ser una oportunidad de sanación, recuperación de energía y evaluación de lo que estamos haciendo. Sin embargo, el aislamiento social o falta de oportunidades sociales pueden generar una sensación de soledad y/o el sentirse excluido por otros.
En el 2019, la Organización Mundial de la Salud señaló que la soledad es una preocupación de salud importante en todo el mundo. En un artículo escrito por Danilo Bzdok, de la universidad de Mc Gill, en torno a la soledad, hacía referencia que: “Somos criaturas sociales. La interacción y la cooperación social han impulsado el rápido ascenso de la cultura y la civilización humana. Las especies sociales luchan cuando se ven obligadas a vivir de forma aislada”. Por su parte, Robin Dunbar, de la universidad de Oxford, señaló que la soledad se ha acelerado en la última década, representando un desafío social en evolución el reducir la soledad en la vida adulta.
En un artículo escrito por ambos autores se presenta a modo de explicación ¿Por qué la soledad puede ser la mayor amenaza para la supervivencia? Señalando las consecuencias que el aislamiento social tiene en el bienestar psicológico y la salud física de las personas.
El documento involucró una amplia revisión de estudios relacionados al impacto negativo de la soledad, señalándose que:
- Una estimulación social insuficiente afecta el razonamiento y la memoria.
- Existe una mayor vulnerabilidad a enfermedades físicas y mentales.
- Afecta directamente el sistema inmune haciéndole menos resistente a enfermedades e infecciones.
- Conduce a malos hábitos de sueño con consecuencias psicológicas y fisiológicas adversas.
- En personas mayores, la soledad persistente precipita la aparición de demencias como la enfermedad de Alzheimer.
Así mismo, en esta revisión se identificaron factores protectores, entre los cuales se encuentran:
- El establecimiento de relaciones interpersonales sólidas es fundamental en las diferentes etapas de la vida.
- Una mayor integración en una red de amigos puede reducir un riesgo de depresión futura en casi un 25%.
- Las personas que integran diferentes grupos sociales se muestran más felices y satisfechos con su vida.
La situación actual de aislamiento social producto de la pandemia, representa un desafío en el mantenimiento de vínculos e interacciones sociales, habiendo desarrollado los seres humanos medios virtuales para lograr mantener la interacción social.
Así mismo, se proponen estrategias prácticas y psicológicas que promueven la salud mental de niños y adolescentes en el contexto de aislamiento social involuntario, entre las que se presentan:
- Ayudar a niños y adolescentes a experimentar recompensas sociales.
- Ayudar a los niños y adolescentes en la identificación de las emociones que experimentan, y en la validación de las mismas.
- Transmitirles que son parte de un grupo y que saben que hay otros de quienes pueden buscar apoyo.
- Encontrar modos de darles a los niños y adolescentes un sentido de pertenencia dentro de la familia, y que son parte de una comunidad más amplia.
- Ayudar a los jóvenes a identificar actividades alternativas valiosas de su interés, construir una estructura y un propósito puede proporcionar una variedad de recompensas.
- Reducir el aburrimiento y mejorar la comunicación, proporcionando actividades significativas, e informando lo que está sucediendo y por qué.
Los esfuerzos por mantener esos vínculos, debe orientar a los profesionales a mitigar los efectos negativos de la soledad y focalizar sus esfuerzos e intervenciones terapéuticas en los grupos más vulnerables.
Fuente: Bzdok, D. & Dunbar (2020) The Neurobiology of Social Distance. Trends in Cognitive Sciences. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.tics.2020.05.016