Han pasado 62 años desde que los médicos franceses Djourno y Eyrès iniciaron el camino para “restablecimiento de la audición de manera óptima” a través de un implante coclear. Cada 25 de febrero celebramos esta fecha, porque resalta la importancia que este auxiliar auditivo ha conseguido en aquellos, donde la audición al ser mínima o no funcional, no permitía el acceso al lenguaje, y por lo tanto, limitaba el desarrollo comunicativo verbal, la adquisición de habilidades para el aprendizaje escolar y las relaciones interpersonales.

El implante coclear busca reemplazar la función de la cóclea dañada, estimulando directamente el nervio auditivo y generando que el cerebro comprenda toda la información que el ambiente le brinde. Podemos considerar que mientras en un niño, la finalidad de la implantación es habilitar el lenguaje para lograr su desarrollo integral; en un adulto, será reducir el impacto laboral, familiar – emocional y cognitivo que la pérdida auditiva incapacitante genera.

Un implante coclear puede considerarse exitoso cuando se conjugan condiciones como el diagnóstico precoz, tratamiento audioprotésico y terapéutico adecuado; expectativas reales y participación activa de la familia en todo el proceso comunicativo de (re)habilitación y un soporte interdisciplinario de especialistas (audiólogos, otorrinos y especialistas de audición y lenguaje) que ofrecen orientación, apoyo e información adecuada a los usuarios y sus familias.

El ser usuario de un implante coclear implica cubrir necesidades desde costear los gastos que su uso compete, como la compra de accesorios, programaciones periódicas hasta la misma (re)habilitación. Esto, debe ser considerado como una responsabilidad social, enmarcada dentro de las políticas públicas de salud.

Las reglamentaciones en nuestro país deben fortalecerse en implementar protocolos coordinados entre los diferentes sistemas de salud con los que contamos, con miras a la selección oportuna de candidatos a ser implantados, la correcta (re)habilitación y la evaluación permanente de estos programas.

El Centro Peruano de Audición, Lenguaje y Aprendizaje (CPAL), como pionero en la detección, diagnóstico y (re)habilitación de la pérdida auditiva, viene trabajando en conjunto con especialistas de la salud, estableciendo convenios y desarrollando programas con el propósito de reducir esta brecha de detección tardía y fortalecer el camino hacia un programa de implantación coclear eficiente.

A puertas de la celebración del día del implante coclear, somos optimistas en decir, que contamos con la tecnología que permite compensar esta discapacidad y que solo depende nosotros como sociedad poder hacer este sueño, realidad.

Este año el CPAL festeja su 60 Aniversario, por ello, renueva su compromiso con el desarrollo del país a través de la educación especializada y una atención integral bajo un enfoque clínico-interdisciplinario para la prevención, diagnóstico y tratamiento en las áreas de audición, comunicación, lenguaje, habla y aprendizaje.

Visítanos en nuestra sede de Surco (Martín Pizarro 172, Urb. Valle Hermoso, Surco) y la nueva sede del Instituto de Diagnóstico y Tratamiento en Av. Pershing (Ex Sánchez Carrión) 910, Magdalena del Mar.