Hoy llegamos al día 123 de la emergencia nacional. 123 días en que hemos experimentado cambios, movimiento, angustia, caos, y sobretodo, muchos aprendizajes. El día 1 estuvo marcado por una cuarentena. Nos obligaron a quedarnos en casa para cuidarnos, las aulas y terapias tuvieron que trasladarse al hogar, para que nuestros niños y niñas puedan seguir recibiendo la educación y atención que merecen. Nos tuvimos que adaptar en cuestión de días a esta transformación, al mismo tiempo que, el temor de lo que significaba esta enfermedad nos rondaba. Todos juntos viviendo la misma situación de emergencia, e intentando responder, cada uno a su ritmo y con sus propias estrategias. Y ahora que han pasado más de 100 días, pensamos ¿Qué aprendizajes nos deja esta cuarentena?
1. Lo importante de la flexibilidad y la organización: La flexibilidad nos permitió responder ante el cambio y empezar este nuevo reto de estar en casa. Estamos acostumbrados a pasar la mayor parte del día y horas activas fuera de casa. Por eso, quedarse en ella requería cambiar toda nuestra rutina y la de nuestros niños. Este cambio trajo caos, como era de esperarse. Del caos se vio la necesidad de volver a organizarnos y plantear horarios para poder cumplir con nuestro trabajo, nuestro hogar y apoyar a nuestros niños en sus clases.
2. La comunicación, el juego y las emociones: Muchos observamos cambios en nuestros niños, algunos se pusieron más irritables, otros más sensibles, otros más retadores, otros comenzaron a presentar síntomas físicos, etc. Nos dimos cuenta de que, todas estas conductas o malestares se debían a una situación emocional: la preocupación por el coronavirus, la rabia por no poder salir de casa, la ansiedad por todo el cambio, la incertidumbre y desorganización, la tristeza por no poder ver a amigos o familiares cercanos, el estrés de todo combinado, etc. Vimos lo importante que era conversar con ellos para poder saber lo que estaban sintiendo y pensando. En otros momentos, cuando la conversación no era suficiente para permitirles expresar lo que sentían, optamos por jugar, movernos y hacer arte con ellos y notamos que estos lenguajes eran claves para permitir la expresión de las emociones.
3. Espacios en familia: Los espacios en familia aumentaron, había más momentos de interacción, juego y risas y mucho vínculo. Aprendimos de nuevo a apreciar estos momentos, a observar lo importante que son en el desarrollo de nuestros niños y lo mucho que los necesitan y valoran. Al preguntarles a ellos si pueden pensar en algo bueno de la cuarentena, la mayoría responde “estar más tiempo con mi familia”. Y es que en familia uno aprende a sentirse seguro, a confiar en uno mismo, a disfrutar, a sentir las emociones sin temor sabiendo que hay alguien ahí que las va a contener.
4. Paciencia para sostener: A medida que el tiempo en familia y en casa aumentaba, veíamos que nuestra paciencia se agotaba. No fue fácil manejar este cambio, reorganizar todas las rutinas, además de trabajar y ser padre o madre en el mismo espacio. Así, también nos dimos cuenta de que, si nosotros perdíamos la paciencia, nuestros niños se ponían más irritables y el círculo jamás se rompía. Sentimos la necesidad de algunos espacios individuales donde cada miembro de la familia pueda encontrarse consigo mismo y con su propia calma. Tal vez espacios para hacer ejercicios, o para hacer arte, para escuchar música, para ver una película, para tomar un baño y relajarse. Espacios para seguir aprendiendo a tener la paciencia necesaria para acompañar a nuestros niños como se merecen, teniendo en cuenta que esta situación también es muy difícil para ellos y lo que más necesitan es un adulto que, con paciencia y mucho amor, los ayude a seguir entendiendo lo que ocurre y cómo se están sintiendo.
5. Nuestros niños son verdaderos héroes: Sin comprender bien lo que estaba sucediendo y sin tener ningún control, tuvieron que acomodarse a las nuevas circunstancias y a sus clases virtuales. Ellos, que son los que más necesitan moverse y salir a explorar para seguir aprendiendo, tuvieron que permanecer en casa para cuidarse a sí mismos y al resto. Asumieron este reto con mucha responsabilidad, en ocasiones sintiéndose frustrados y emocionalmente cargados como era de esperarse, pero lograron igual acomodarse. Por supuesto los héroes igual necesitan ayuda y recibieron el apoyo de sus padres y sus profesores en sus clases, pero el esfuerzo era de ellos. Nos enseñaron así a confiar en ellos y permitirles ser autónomos en su aprendizaje, aprendiendo de sus errores y celebrando sus logros.
6. Agradecer en momentos donde todo parece difícil: ¿Cómo seguir estando agradecidos en momentos tan difíciles? Aprendimos lo importante que es seguir viendo las cosas bonitas que tenemos y recoger los aprendizajes valiosos que la cuarentena nos ha dado. Agradecer por los valiosos momentos en familia que compartimos, por poder estar juntos, por nuestros hogares, por nuestros trabajos, por nuestros hijos.
Cuando todo se torna difícil y el temor de lo que podría suceder nos invade, es realmente fácil perder la noción de lo bonito que hoy tenemos y nos acompaña. “El presente es un regalo y por eso se le llama presente”, así que agradezcamos por lo que tenemos hoy, por lo que ya no está, pero dejó recuerdos hermosos, y por simplemente estar presentes en este momento, juntos y en casa.